Estamos investigando nuevos tratamientos para las semillas de algarroba.
Esta semilla tiene una piel excepcionalmente dura. En la naturaleza, las bacterias van degradando su cascarilla de protección, en un proceso que puede tardar varios años, para hacer un agujerito por el que pueda entrar el agua y pueda germinar.
Desde el mundo académico, el tratamiento más común para hacer este proceso en grandes cantidades de semillas, es hasta el momento, el uso de ácido sulfúrico.
Buscamos otras maneras de reducir la testa de la semilla para que pueda entrar agua, por varios motivos: el uso de productos inocuos y que sean accesibles a cualquier organización también pequeñitas, en cualquier parte del mundo.
En este caso estamos experimentando haciendo huequitos a la semilla con una batidora.
Estamos estudiando el éxito de este tratamiento, valorando aspectos como por ejemplo, cuanto tiempo tiene que estar funcionando la batidora para conseguir el tratamiento sin dañar la semilla sin que se dañe el cotiledón.
Para ello después del tratamiento estamos sembrándolas y contabilizando los éxitos de germinación.