Ha pasado la montanera, como ya explicamos en publicaciones anteriores, y a finales de agosto las bellotas dan el estirón.
Si para estas fechas siguen casi sin salir de la cúpula como en la primera imagen, esos frutos tienen pocas posibilidades de prosperar, lo que indica un estrés hídrico y vulnerabilidad para el árbol. Lo habitual en estos casos es que los gorgojos (Curculio sp.), piquen las bellotas, luego echarán resina, vendrán más avispas, caerán, etc.
Sin embargo, las que se desarrollan bien, pese a ser picadas por el curculio no son afectadas en la misma proporción.
De este modo, cuando observamos encinas, podemos anticipar y organizar las cosechas, ir eligiendo ejemplares para recolección, etc.
El otro año por ejemplo, dadas las malas previsiones, pudimos anticiparnos e hicimos una llamada para saber dónde había encinas de las que poder cosechar buenas bellotas.