En Semillistas, seguimos explorando, probando y aprendiendo. Hoy queremos compartir una parte fundamental de nuestro trabajo: las pruebas de laboratorio que realizamos para optimizar las siembras en campo.
Recientemente, hemos estado trabajando con semillas de aladierno (Rhamnus alaternus), probando distintos tratamientos para mejorar su germinación. En el laboratorio, usamos cajas Petri con arena donde colocamos las semillas y vamos registrando cada dato con mucho cuidado. Estos datos, poco a poco, nos permiten construir las curvas de germinación que guían nuestras decisiones para preparar las semillas antes de sembrarlas en Los Guájares.
En las gráficas que obtenemos, se pueden ver claramente las diferencias: la línea verde representa las semillas sin ningún tratamiento, mientras que las otras líneas muestran el efecto de diferentes métodos de solid matrix priming. Este proceso consiste en exponer las semillas a ciertas condiciones controladas para acelerar y sincronizar su germinación. La línea amarilla refleja el tratamiento más efectivo que hemos conseguido hasta ahora, pero aún hay margen de mejora. Observamos pistas que nos indican que podemos ajustar ciertos detalles para que esa curva amarilla se desplace más hacia la izquierda, es decir, para lograr que las semillas germinen aún más rápido y de forma más homogénea.
Estos pequeños avances científicos tienen un gran impacto en nuestro trabajo de reforestación. Cuanto mejor entendamos cómo funcionan las semillas y cómo reaccionan a distintos tratamientos, más preparadas llegarán al campo, aumentando sus posibilidades de establecerse con éxito en un ecosistema que se está regenerando tras un incendio.
Cada prueba, cada gráfica, cada semilla germinada, nos acerca un poco más a nuestro objetivo: restaurar los bosques con técnicas cada vez más eficaces y sostenibles. Seguimos sembrando ciencia para cultivar futuro.
