El pasado sábado realizamos una visita a Sierra Corona para observar los procesos de regeneración natural tras un incendio, en la zona que se quemó hace 2 años una explosiva mezcla de fuego y viento.
Es curioso observar los paralelismos entre la salud humana y la regeneración de la tierra. La tierra, como nuestros cuerpos, tienen una inteligencia y una regeneración natural, saben superar y transformarse. La pregunta entonces es ¿cuándo intervenir?
Una linea de pensamiento es que tras un incendio es mejor no intervenir directamente, dejar que la naturaleza muestre su capacidad de restablecerse, de buscar su equilibrio, de dejar brotar estas semillas por tantos años escondidas.
Otra linea, es la realización de actuaciones de ‘limpieza’; aunque estas podrían hacen también daño al bosque. Entrar en el ecosistema frágil con maquinaria pesada, puede significar eliminar: nidos, posibilidades de retención de agua y suelos, materia orgánica que está disponible para que el nuevo bosque crezca, en definitiva: interrumpir sus procesos naturales de regeneración.
Lo que hemos visto en Sierra Corona es que el incendio no llegó hasta las raíces, paso rápidamente “gracias” al viento, y ahora la sierra aparece en el mismo estado de sucesión natural, simplemente con menos altura. Esto es una limpieza natural del bosque mediterráneo. Si, se han perdido muchos nidos, polinizadores, árboles viejos, ecosistemas, etc… pero como todo en la vida, es dejar algo morir para dejar espacio a lo nuevo. Ahora, hay mucho pasto, muchas especies, la retama ha rebrotado en todas partes (fundamental para la regeneración, los polarizadores y el suelo), las jaras han crecido llamando a las micorrizas que favorecen el crecimiento de la encina y el pino.
También un buen indicador de la resistencia de las encinas es que se quemaron menos, sola la parte de abajo, o nada, mientras que pinos de al lado estaban completamente quemados, subrayando la importancia de contar con más diversidad de especies y de introducir más especies resistentes al fuego/calor/sequía.
Las intervenciones que se podrían hacer ahora son incrementar la cantidad de encinas y más especies, aumentando la biodiversidad y su capacidad de resiliencia.