En Semillistas, siempre estamos buscando maneras de hacer más eficiente y efectiva la reforestación. Hoy queremos compartir con ustedes una de nuestras técnicas favoritas: el priming, y cómo lo combinamos con la pre-germinación para superar algunos de los mayores retos en la siembra directa.
El priming es una técnica que mejora las semillas antes de almacenarlas. ¿Qué significa esto? Básicamente, sometemos las semillas a un tratamiento que acelera su capacidad para germinar, incluso en condiciones difíciles. Por ejemplo, semillas que normalmente germinarían en 20 o 30 días, con priming pueden hacerlo en solo 7 a 15 días. Además, esta técnica mejora la germinación en temperaturas subóptimas. Así, tenemos semillas listas para actuar cuando las condiciones son ideales.
Por otro lado, la pre-germinación consiste en iniciar el proceso de germinación en condiciones controladas hasta el borde de la emergencia de la radícula (la raíz). ¿Por qué hacemos esto? Porque al sembrarlas en ese momento justo, la germinación es casi inmediata, reduciendo la predación por animales y aumentando las probabilidades de éxito en el campo.
Al combinar ambas técnicas, logramos algo increíble: predecir y controlar mejor las tasas de germinación en diferentes tipos de suelos y climas. Esto nos permite sembrar incluso antes de las condiciones naturales de regeneración, adelantando semanas o meses el desarrollo de las plantas. Así, las jóvenes plantas tienen más tiempo para establecerse antes de enfrentar su primer verano, un momento crítico para su supervivencia.
La temporada pasada probamos esta estrategia con un pequeño lote, ¡y los resultados nos dejaron encantades! Ahora, estamos listas para ampliarla este año y seguir innovando en nuestra misión de devolver vida a los bosques.
Si les interesa aprender más, no se pierdan nuestro próximo webinar después de la temporada de siembra. 🌱 ¡Sigamos sembrando futuro juntes!